viernes, 13 de enero de 2012

Lascar (5592 m)

22/12/2011

Y llegó la hora de la prueba definitiva para ver cómo vamos de aclimatación.
Teoricamente en nuestra hoja de ruta teníamos el Licancabur, pero como perdí un día por los aviones era imposible, ya que para subir el Licancabur hay que pasar a Bolivia y se necesitan dos días: uno prácticamente de viaje y llegada al campo base y otro de subida y retorno, cosa que no teníamos ya que para el día siguiente teníamos los billetes para Copiapó.
Las opciones que barajamos eran para hacerlas en el día y teníamos entre ellas el Sairecabur (bastante más largo y alto con lo que lo descartamos), el Toco (un poco más alto que el Lascar, pero mas corta la ascensión ya que se sale desde un punto más alto) y finalemente el Lascar, que es por el que nos decidimos, ya que además es más espectacular ya que es el volocán más activo de la zona, con un crater enorme humeante.
Su última gran erupción fue entre el 18 y el 26 de abril de 1993, cuando el viento arrastró cenizas y humo hasta la costa de Brasil, siendo ésta la tercera registrada más grande de Chile.
El topónimo provendría de las voces cunza "lascar" (lengua) o de "lackar" (cabeza); o bien, del aymara "lascari" (el que sigue).
Se encuentra en el altiplano, rodeado de otras impresionantes cumbres andinas de cerros y volcanes; su vecino el Corona lo observa plácidamente, al igual que al frente y con su impresionante murallón el cerro Tumisa. También vecino del Láscar es el cerro Lejía.
Su acensión es sencilla, pero ojo que engaña. Estamos ya a una altura considerable y la aclimatación no había sido todo lo buena que hubiera querido, con lo que a pesar de no tener ningún síntoma de mal de altura, no fué un paseo.



Salimos temprano de San Pedro de Artacam ya que la aproximación en vehículo es bastante larga y penosa. Hay que llegar hasta la laguna Lejia, impresionante paraje, a casi 4800 metros



El Lascar

Iniciamos al ascensión con buen tiempo, no mucho frío y sin viento

Una miradita atrás

La subida tiene un sendero bien marcado, sobre un terreno incómodo de cenizas volcánicas

Finalmente llegamos al cráter, donde se puede apreciar el azufre que aflora, y la fumarola. Como hay dos cimas es el viento el que decide a cuál se puede ir, ya que los gases que desprende son un poco tóxicos. En nuestro caso pudimos ir a la izquierda



Llegando casi a la cima podemos ver algunos penitentes

Llegando a la cima


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