lunes, 28 de octubre de 2019

Pic Hautafulhe (2647 m)



Otro fin de semana y de nuevo a la búsqueda de nuevos sitios que conocer.
La secuencia a seguir se parece a la de otras veces. El primer paso, a dónde queremos ir?? Dónde hace tiempo que no vamos?? 
Segundo paso, tirar de disco duro. 'Pues hace tiempo que no vamos por la zona de Migouelou', pues ya tenemos sitio.
Tercer paso, mapa y  a ver que hay por ahí....e indagando aparece este pico cuyo nombre nunca antes habíamos oído. Un poco de búsqueda en internet, poca información, bingo destino elegido.
Así pues salimos con ganas y cierta incertidumbre de lo que nos podemos encontrar. Pasamos el sábado escalando en las inmediaciones de Arrens Marsous y vamos a pasar la noche en el hotel de lujo del lac du Tech. Noche plácida con algún chaparrón pero con la certidumbre de que dan bueno, aunque ventoso, vamos un día de otoño.
Iniciamos la marcha con las primeras luces del día. El camino hasta el lac de Pouey Laün está perfectamente trazado, sin problemas. La primera parte transcurre por un bosque vestido de tintes otoñales. Según salimos del bosque nos empieza a sacudir el viento.
Llegamos hasta el lago sin problemas., Empezamos a bordearlo por el camino balizado hasta más o menos la mitad del lago. Nos encontramos con un hito, mirada al mapa, mirada al GPS y ni achinando los ojos conseguimos ver ningún hito más. La verdad es que la pendiente descompuesta no invita a nada, más aún sin senda alguna ni señal alguna, pero bueno para eso hemos venido no??
A partir de aquí se acaba lo bueno, intentamos subir por donde mejor creemos, pura intuición. Al final conseguimos llegar a la parte cimera y seguimos un cresterío sin mucha complicación siempre por la vertiente del lago de Pouey Laün. nPoco tiempo para disfrutar de la cima porque el viento es bastante fuerte.
Barajamos la posibilidad de bajar por la otra vertiente, pero al final decidimos bajar por el mismo lado.

Mapa de la ruta

Track: aqui

Las fotos de la jornada


























lunes, 14 de octubre de 2019

Marité, 120 m D+


Esta es una de esas escaladas que son de puro placer. Grado más asequible, bien equipadas y en un entorno privilegiado. 

Para nosotros no es la primera vez que lo intentábamos, pero hasta ahora o la meteo no nos lo había permitido o no había sitio en el refugio de Arremoulit, o no nos coincidían las fechas.
Teníamos ganas de quitárnosla de la cabeza así que decidimos un buen día que anuncian bueno hacerla del tirón sin refugio. 
Salimos con la intención de dormir en el aparcamiento donde empieza la subida al refugio. Pasamos la frontera y para variar el tiempo cambia y se nubla, pero seguimos con el plan.
Pasamos una fresca noche y amanecemos, miradita al mundo exterior y sol!!!! parece que el mal de ojo con esta vía va a acabar.

La subida hasta el pie de vía se hace larga cargados con los trastos, pero con el buen tiempo y las ganas todo es mas llevadero.
El comienzo de la vía es fácil de localizar ya que está pintado en rojo el nombre de la vía.
Como "anécdota" según nos estábamos preparando para empezar oímos unos desesparados gritos de ayuda. No sabemos que hacer ya que no estamos seguros de dónde vienen los gritos. Esperamos un poco y nada, se sigue oyendo. Al rato oímos el helicóptero, por lo menos alguien ha dado aviso.Lo peor de todo es que a los días nos enteramos del fallecimiento de un montañero en el Palas.

Sobre la vía: 4 largos, los 2 primeros los más peleones.
El primero,  para nosotros sería un V, con algún paso raro al principio y un escalón un poco más arriba que tiene otro paso raro.
El segundo V, placa de regletea y buenas presas, un poco sombrío, pero espectacular. del último seguro la reunión queda a la derecha, mejor poner una cinta larga
El tercero IV, un diedro abierto tumbado, muy bonito. En el último seguro hay que pasarse al otro lado del diedro
El cuarto IV, una placa fisurada de adherencia brutal

Más información: aqui

Bonito amanecer en el Midi






El famoso Pas d'Orteig


Croquis aproximado de la vía








Comienzo del primer largo


El segundo largo




El tercero




El cuarto







jueves, 29 de agosto de 2019

ROCOSAS CANADIENSES: Banff (3)


Día 3: Moraine Lake - Sentinel Pass - Eiffel Lake
Distancia: 17 km – Desnivel: 905 m

Antes de iniciar la excursión en el área del lago Moraine es conveniente comprobar si hay restricciones de senderismo en grupo debido a la actividad de los osos. Si este es el caso, se está legalmente obligado a caminar en un grupo de cuatro o más personas. Para verificarlo es necesario acudir al Centro de visitantes de Lake Louise antes de salir o consultar el apartado de cierres y restricciones en el sitio web del Parque Nacional de Banff.




Los senderos que rodean al lago Moraine, ubicado en el Valle de los Diez Picos son los más pintorescos del parque nacional de Banff. Pero prepárate para tener compañía ya que éste es uno de puntos más concurridos del parque, especialmente en septiembre, cuando los alerces se vuelven dorados y el valle resplandece de color.
Por ello conviene madrugar. Aun así, debido a la gran afluencia de gente a veces es posible encontrar la zona de aparcamiento cerrada, como fue nuestro caso y nos costó un par de intentos poder pasar la barrera de los guardas para poder acceder a ella. El paisaje deslumbra antes de llegar al lago. En el camino, la estrecha y sinuosa carretera ofrece fabulosas vistas de los imponentes picos Wenkchemna.




El lago Moraine, es una de las fotografías típicas de las rocosas Candienses, y desde 1969 estuvo impresa en el reverso del billete canadiense de $ 20. Más pequeño que su popular vecino Lake Louise, las aguas turquesas del lago Moraine son sorprendentemente claras para ser un reservorio de agua glacial ya que su fuente, un glaciar inactivo en la ladera de la montaña, transporta poco barro, nieve o rocas. Desde la orilla del lago destaca la Torre de Babel, que emerge sólidamente hacia el cielo en el extremo noreste del cordal así como Mt. Fay, el más grande e impresionante de todos cubierto por un glaciar. En 1984, el explorador Samuel Allen nombró los picos con números del uno al diez en el idioma indio de Stoney (wenkchemna significa diez). Desde entonces todas menos dos de las montañas han sido rebautizadas.



Junto al lodge situado a orillas del lago parte el sendero que sin pérdida se introduce en el bosque donde crecen un sinfín de Lecinum versipelle. Como magia, de repente emerges del bosque en los prados del valle de Larch, donde los picos Wenkchemna cubiertos de glaciares se elevan a tu alrededor.




La senda continúa entonces por prados más abiertos hasta alcanzar los lagos de Minnestimma rodeados de Pinnacle Mt. y Eiffel Peak. 




La colorida flora del lugar de la un toque pintoresco al paisaje.


Muchos excursionistas se contentan con llegar a este hermoso valle. Pero si el tiempo y las fuerzas acompañan, merece la pena continuar por el zigzagueante sendero hasta Sentinel Pass, el punto más alto alcanzado por un sendero en las Montañas Rocosas de Canadá. Desde aquí las vistas hacia el norte donde se encuentra Paradise Valley con sus magníficas agujas de roca que se elevan como centinelas no te dejarán indiferente. En una de ellas, el Grand Sentinel, la aguja de cuarcita más prominente de la zona, pudimos ver un par de cordadas escalando. ¡Qué envidia! Nosotros nos conformamos con merodear por la ladera del Mt. Temple en compañía de las múltiples ardillas que campan a sus anchas por la zona.



De regreso decidimos dirigirnos al lago Eiffel ubicado en medio de un paisaje árido de rocas caídas y pedregales, con los picos de Wenchemna como telón de fondo.



Para ello desandamos el valle de Larch para a la altura de un banco desviarnos hacia la derecha (oeste). El sendero continúa manteniendo altura a través de un bosque subalpino alfombrado con flores silvestres. Ocasionalmente, cuando los árboles lo permiten, se aprecia debajo el azul brillante del lago Morraine mientras los picos Wenkchemna que se elevan vertiginosos desde las orillas del mismo.



Poco después de salir del bosque, se distingue el lago Eiffel con sus aguas verde azuladas ubicado en un desolado paisaje lunar creado por antiguos desprendimientos de rocas. Desde el lago Eiffel, el sendero hasta el paso Wenkchemna es rocoso y mucho más largo de lo que parece, por lo que damos por terminada la exploración y regresamos por el mismo camino al punto de partida.